Gatell vs. Delgado: la polémica alianza con la industria de comida chatarra en las escuelas
Hugo López‑Gatell acusa a Mario Delgado de convertir a grandes empresas en copropietarias de la estrategia “Vive saludable, vive feliz”, comparando su mecanismo con prácticas de gobiernos pasados.

México
14 de abril de 2025
Manuel Jasso
Hugo López‑Gatell Ramírez, ex subsecretario de Salud en la administración de AMLO, cuestionó duramente al titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Mario Delgado, por invitar a empresarios a sumarse a la estrategia para erradicar la comida chatarra de las escuelas. En su intervención en el programa “El Chamuco”, Gatell comparó esta colaboración con los mecanismos de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, advirtiendo un riesgo de conflicto de interés.
Según Gatell, la palabra “colaborar” en el tuit de Delgado implica que estas compañías participarán en la toma de decisiones del programa de protección de la salud de toda la comunidad educativa, más allá de la infancia y la adolescencia.
El pasado 9 de abril, el secretario de Educación dio a conocer imágenes de su reunión con directivos de 27 empresas agremiadas al Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, entre las que destacan Barcel, Bimbo, Coca‑Cola, La Costeña, Grupo Alpura, Danone, Herdez, Lala, Maseca, Peñafiel, Kellogg, Nestlé, PepsiCo, Sigma Alimentos y Mattel, entre otras.
Delgado anunció que estas firmas donarán básculas, elaborarán materiales para promover la actividad física y compartirán información científica sobre alimentación y salud en los planteles escolares.
Para López‑Gatell, cualquier aportación material —por pequeña que sea— convierte a los empresarios en copropietarios del programa, otorgándoles la potestad de exigir cambios, imponer criterios y, potencialmente, debilitar la iniciativa de salud frente a los daños de los productos ultraprocesados.
El epidemiólogo advirtió que, al encargar a la industria la elaboración de materiales para la promoción de la actividad física, se corre el riesgo de que éstos reflejen la percepción de las propias empresas y no las directrices oficiales del programa. Asimismo, calificó de pseudociencia la supuesta aportación de “investigaciones científicas” por parte de fabricantes de comida chatarra, recordando que estas industrias han financiado institutos que distorsionan la evidencia rigurosa.
La crítica de Gatell se ve reforzada por voces de la sociedad civil y especialistas, quienes señalan que invitar a refresqueras, tabacaleras y fabricantes de ultraprocesados a participar en políticas de salud escolar equivale a “embebir” el poder político con intereses económicos, en una práctica que atenta contra la transparencia y la eficacia de la estrategia “Vive saludable, vive feliz”.