La toma de protesta de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, que se celebrará el próximo 20 de enero, se convertirá en un evento de alta relevancia para los empresarios mexicanos. Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), confirmó que varios líderes del sector privado asistirán al acto en Washington con el objetivo de iniciar conversaciones cruciales sobre los posibles aranceles que el mandatario estadounidense podría imponer a México.

Cervantes explicó que, desde el CCE, se trabaja en un plan para enfrentar los retos comerciales que puedan derivarse de la administración de Trump, en particular en lo referente a los aranceles al libre comercio. "Estamos preparados con grupos de trabajo muy profesionales, y ya contamos con una comisión en el Senado para las negociaciones", aseguró el empresario.

El plan incluye un acercamiento directo con los altos funcionarios del gobierno estadounidense, un paso que se considera esencial para garantizar que los intereses del sector privado mexicano sean considerados en las políticas comerciales del nuevo gobierno de Estados Unidos. "Vamos a estar en Washington con los funcionarios más altos de Estados Unidos, para empezar a tener pláticas", agregó Cervantes.

Uno de los empresarios que se sumará a esta delegación es Carlos Slim, el magnate de las telecomunicaciones y dueño de Telmex y América Móvil. Slim, quien fue invitado formalmente por el gobierno de Estados Unidos, acompañará a Cervantes en la toma de protesta. El evento, que marcará el inicio de la administración Trump, se perfila como una oportunidad para discutir el futuro de las relaciones económicas entre ambos países.

Sin embargo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no recibió invitación para asistir a la ceremonia, lo que ha generado cierta polémica, considerando la importancia que la toma de protesta tiene para las relaciones bilaterales. Aunque Sheinbaum no estará presente, los empresarios mexicanos confían en que su participación ayudará a abrir canales de diálogo en un momento delicado para la economía nacional.

Dentro del CCE, además de las negociaciones sobre aranceles, se ha instalado una mesa de trabajo centrada en las oportunidades para los migrantes y repatriados. Este grupo busca generar estrategias que maximicen los beneficios para los mexicanos que regresen al país, ante la posibilidad de que las políticas de Trump afecten aún más a la comunidad migrante.

Por otro lado, Trump ha anunciado la creación de un órgano destinado a recaudar aranceles e impuestos de fuentes extranjeras, que comenzará a operar tan pronto como asuma la presidencia. Este nuevo mecanismo fiscal podría cambiar drásticamente las condiciones del comercio internacional entre México y Estados Unidos, lo que hace aún más relevante la preparación de los empresarios mexicanos.